la un lado, tratando cada uno de triunfar sobre el otro sin pretenderlo, sin saberlo, absortos, como estaban, en su fascinación... Annick sonrió a David. Miraba deslumbrada a David. Escuchaba a David. Reía y bebía y seguía escuchando a David. --... así que nos veremos seguramente en Nueva York... --estaba diciendo David. --Te esperaré --dijo Annick, risueña y despreocupada. --Esperame --dijo David, también alegre, también