Texto contextualizado: |
santanas que no como españoles. Pero enseguida el sentido común -siempre despierto donde media el lucro- vio la inviabilidad y el fracaso inevitable de tales olimpiadas desnacionalizadas, en el más que improbable supuesto, claro está, de que hubiese bastado para ello la actitud oficial frente al inevitable conocimiento por el público de la nacionalidad de cada atleta. Jamás habría aceptado ni podido el público, no digo, por supuesto, suprimir toda clase de identificación agonística con los actuantes, sino ni |
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