Timbrazos, timbrazos insistentes.) CARMIÑA.- (Al cabo del tiempo.) ¿No oís como un ruidito? Será el barco. PALOMA.- No, será la extranjera, que es su hora. (Cada una baila su baile: una muiñeira, una sardana, unos tanguillos, un schotiss, un txortzico.) Está echando la puerta abajo a timbrazos. MONTSERRAT.- Las extranjeras son unas pesadas. Quinientos años esperandola, tú, y se