.- Antes te ibas adelante y atrás tres veces, y luego dabas una vuelta por el escenario... MIRIAM.- Lo sé muy bien. Y no eran tres veces sino cuatro. ¿Cómo puedo olvidarlo si lo he bailado años enteros noche tras noche? Pero quería distraerte. VICTOR.- ¿Ha sido entonces una trampa? MIRIAM.- De lo más vil. Como la tarta de naranja y el vestido... para poder hablar de otras cosas.