de la radio empezaron a constatar menos atascos que nunca, incluso en la autovía que conduce a Barajas, mermada en dos carriles reservados para el tráfico de personalidades. Todos los taxistas estaban encantados por la mayor clientela y la fluidez que notaban en las grandes vías. En señalados barrios del centro, la presencia policial confiere una tranquilidad inusitada al paseante, quien en otro momento no osaría atravesar, por ejemplo, la plaza de España. Otra cosa será lo que ocurra allí donde