morenos de largos cuchillos indiferentes a ser llamados "skinheads", "colectivos" tribales contra lo que no sea propio. Todo esto, en un país que al fin luce una hermosa cola de león, aunque unos pocos poseídos prefieran ser cola de ratón. Un país de nuevos ricos que ni siquiera lo son, sino paganos de carteras rebosantes de dinero de plástico. El mismo país que, ancestralmente temeroso de dejar huellas en los papeles, miente hasta en las encuestas anónimas