y un golpe en la cabeza con una maza de hierro que le partió la mandíbula. Florentino Pérez declaró en el juicio que llevaba algo más de un mes viviendo en la casa de unos tíos, en Baamorto, adonde se había desplazado para intentar desintoxicarse de la heroína. Se dirigió a casa del anciano para pedirle que le pagara las 8.000 pesetas que le debía por una instalación eléctrica que le había hecho dos años antes. Necesitaba el dinero para comprar heroína. Explicó