y en los establecimientos públicos. En varias ocasiones había acudido a las dependencias de la policía local en busca de ayuda. Desde allí se le invitó, en una ocasión, a que se dirigiera al asilo de Cambados para que le proporcionaran comida y un lugar donde guarecerse. Se da la circunstancia de que hace unos tres años, en la misma parroquia de Vilariño, se cometió otro crimen en el que el arma homicida fue también un martillo. En aquella ocasión, un