Texto contextualizado: |
me dejé llevar por la aflicción y los remordimientos. No sé cuánto rato habría dedicado a esta estéril expiación si unos quejidos provenientes del dormitorio no me hubieran sacado de mi sombrío ensimismamiento. Tropezando con la sábana en que aún iba envuelto corrí hacia esa pieza y encontré a don Plutarquete tendido en el suelo. Estaba el pobre anciano más muerto que vivo, con el pijama descosido por varias junturas, un ojo amoratado, el labio inferior sanguinolento y el rostro cubierto de magulladuras. |
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