dicho, y, por tanto, funda España misma como nación, no es, ciertamente, la mayoría racial autóctona hispanorromana, que constituía la población civil, sino la minoría racial invasora visigoda, que formaba una casta guerrera dominante. Ateniéndonos pues, a los orígenes históricos de los Estados hispánicos, a la prístina esencia de la madre y matriz de todos ellos, España no sólo no es en modo alguno el caso de una comunidad étnicamente homogénea que forma en su propio seno