sela inmóvil tiranía que Occidente le reprocha-, el propio Occidente ha sido responsable al menos en un 50% con actitudes tan cerradas y hasta obtusas como la de Reagan. Y hasta en sus impulsos de incrementar los planes estratégicos y nucleares cabe sospechar, más que el presunto deseo de reequilibrar el poder de disuasión, el secreto designio de mantener a los rusos obligados a distraer cada vez más recursos económicos en el presupuesto militar, para que no pudiendo levantar cabeza en otras