desacreditarse y reprimirse la piedad hacia los reos sin desacreditar y reprimir a la vez toda piedad. Quien honra el rigor y menosprecia la misericordia no sólo afila los dientes de los ofendidos, sino también los de los ofensores. Quien avergüenza la blandura, la lenidad y la compasión no puede pretender que su lección sea oída solamente por los agraviados e ignorar que a la vez que cría víctimas despiadadas con el reo está criando otros tantos reos sin piedad. Lo que dignifica a