lo del terrorista- en el sentido más fuerte, más pesado, más pregnante, que es capaz de aguantar esta palabra, es a saber, como una predicación que se plasme y constituya en un haber perdurable para el sujeto que la asume; un título a su nombre, equiparable al tanto que se apunta un equipo deportivo, o aun al dinero que se ingresa en una cuenta corriente, o, finalmente, a la jornada que se inscribe en el inmarcesible palmarés de