visto únicamente el mañana que tú me indicabas. Pero ahora soy sólo una mirada que ve hacia adentro, hacia dentro de mí. Y allí estoy yo que me devuelvo otra mirada acusadora. Padre, no me dejes... (Intenta retenerle, pero el Padre se suelta. Le mira largamente a los ojos; luego, despacio, desaparece.) (Alza la cabeza.) Dios mío... Dios mío... ¿Esto es temor o es arrepentimiento? Sólo Tú lo