más bella, la que más quería. La echaba al torrente. Y tú no la recogías. No la recogías nunca. Lo recuerdas, ¿verdad? Ni siquiera lo intentabas. Ni una sola vez. MAFFEI.- (Alejandose de Claudia.) Sólo por las tardes íbamos al bosque y llegábamos junto al torrente. Pero nunca había llegado hasta el torrente de noche. Nunca hasta hace muy poco, hasta la noche de la tormenta. Pero también a la