un extremo. La Pippon observa durante un rato a la señorita, que tiembla y castañetea los dientes; luego deja la labor a un lado, extrae de sus faldas un yesquero o piedra de fuego y un copo de estopa y prende parsimoniosamente las velas de un candelabro, mirando a Blanche con un gesto a la vez de desconfianza y conmiseración. PIPPON.- Al menos, podéis calentaros las manos por espacio de un cuarto de hora. Lo contaremos por el reloj
ZOR:027.10
PRENDERII - Encender(se) algo, generalmente fuego o luz.