ti para siempre. LEONCIO.- ¡Pues, hala, deprisa! ¡Estoy impaciente por abrazarte! (Llamando.) ¡Loristo! (Despertando de una patada a Burrote.) ¡Despierta, gandul! ¡Ven a mellar a tu amo y señor! (A la Luna.) Y tú, Luna, ¡dime si has contemplado alguna vez sacrificio semejante! (Voceando.) ¡Vamos, Loristo, tráete el serrucho! GATINA.