partir de un puñado de átomos, tú estás aquí y eres capaz de pensar. JAVIER.- Te equivocas. Casi lo sabemos. Y los átomos ya son mundos muy complicados. Hemos llegado más atrás, hasta cuando el universo ardía a cien mil millones de grados y ni siquiera había gravedad. Quisiera comprender dónde podría estar Dios en esos momentos. (Ramón va a responder, pero Ernesto se apresura a adelantarse.) ERNESTO.- ¿Qué importa? En