) Perdona también mi mal genio de antes, hermanita. Lo siento. ADELA.- (Sonríe.) No importa. EMILIA.- Voy al invernadero. No me gusta que papá esté solo demasiado tiempo. JAVIER.- Adoro los invernaderos. ¡Son tan sofocantes y artificiales! EMILIA.- (A Adela.) Tampoco me gusta que se atormente pensando cosas que creo... que deseo creer, que no sucedieron exactamente como él imagina. Quisiera que pudiera morir