PALOMA.- ¿Y por qué estás tan triste? (Se acercan a un tríptico de espejos.) ROCIO.- Cuando era chica, vivía en una casa maravillosa, con un patio y macetas. Casi todos teníamos que dormir al sereno, porque no cabíamos. Maravillosa, ya digo. Lo único que yo quería era ser mayor, con lo cual habría cabido todavía menos. Me pintaba los ojos, que los tenía más grandes que la cara: no me
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DORMIR.1 - (Hacer) Entrar en un estado de reposo y suspensión de la conciencia