tienda de Clotilde Armenta. "Cuando los vi pensé que eran puras bravuconadas --me dijo con su lógica personal--, porque no estaban tan borrachos como yo creía." Ni siquiera los interrogó sobre sus intenciones, sino que les quitó los cuchillos y los mandó a dormir. Los trataba con la misma complacencia de sí mismo con que había sorteado la alarma de la esposa. --¡Imagínense --les dijo--: qué va a decir el obispo si los encuentra
CRO:060.21
QUITARII.1 - Tomar o coger [algo] [a alguien] en contra de su voluntad