todo se puede llevar con discreción y buen gusto. Arturo está casado y tomará precauciones, pero, mira por donde, la que no tomó precauciones fui yo. Cuando quise ir sola a Londres no me preguntaste nada. «Diviértete, cariño». Hay cosas tan atractivas en Londres: teatros, tiendas... ¡y clínicas privadas para abortar! El dinero lo puso Arturo, naturalmente. Hasta eso te ahorraste, ya ves. Podría haberlo tenido, pero yo