de la iniquidad que santifica a quienes la expugnaron, funciona, pues, como un sustentáculo de todo punto indispensable para la paz del alma de los norteamericanos en cuanto tales. Si Israel les falla hasta el punto de que tengan que negarlo, la perezosa conciencia de las gentes se vería abocada al desasosiego, al desamparo de tener que revisar su autoconvicció moral y remover su seguridad de sentimientos, tal como había empezado a hacerlo a raíz de la guerra de Vietnam.