suelas y pulgar libre, impermeable de celofán, faldita muslera, «rubios» de Camel y de papá, gafas de chófer 1985, aprendizas de animadora sin ánimo. La verdad es que hablaban sin ton ni son y que no animaban a nadie. Pero aquel mismo atolondramiento exhibido con desenfado podía considerarse --y era lo que más escamaba-- como un conato de enfrentamiento con otros modelos de conducta regidos por la prudencia y la sensatez. Aquellas chicas de cabeza de chorlito
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ANIMARI - Dar ánimo, valor o energía a alguien. Por ext. reavivar un sentimiento, amenizar un acontecimiento.