pequeña butaca. Conteniendo la emoción, con tono grave, le dijo: --Creo que ha llegado la hora de que me vaya. --Todavía no estás en condiciones de viajar, de ir a Grecia, Peter. Tienes que reponerte aún más, pues el viaje no va a ser fácil --dijo Jano ingenuamente. --Sí, sé que el «viaje» no será fácil; pero yo no me refería al viaje a Grecia. Me voy... para siempre