casa andarán si no se han roto, las compró en Nápoles su abuela... ¡Los murinedhi los bañaba en miel tu madre, pero yo subía el mosto de Catanzaro; era mejor que el de la montaña!... Pero tú preferías las castañas a todo... ¡La Notala!... Sí, Brunettino necesita un pesebre y va a ser el mío. -Padre... --el hijo se conmueve evocando aquellas castañas que chamuscaban los dedos al sacarlas de entre la ceniza