selo", me dijo. Pero la sola idea lo impresionó, después de todo lo que había oído decir sobre la potencia devastadora de una bala blindada. --Te advierto que está armado con una magnum capaz de atravesar un motor --gritó. Pedro Vicario sabía que no era cierto. "Nunca estaba armado si no llevaba ropa de montar", me dijo. Pero de todos modos había previsto que lo estuviera cuando tomó la decisión de lavar la honra de la