la bendigo por ello. Como te bendigo a ti porque esperas a tu hija. (El ventano empieza a azulear.) Y solo hace dos años que falta... Puedes y debes esperarla. ] Sólo lo que parece imposible merece esperarse, porque quizá no lo es. (Con emoción contenida, tras una breve pausa.) También yo espero ahora... otro imposible. Creo que llegará el que tú esperas, porque quiero creer que llegará el mío. (