habría caminado por la Avenida tanto como por el pasillo de la casa de sus padres. La chacha solía sacarle todas las mañanas a pasear por la Avenida y él continuó solo más tarde, cuando ya de pantalón largo salía a ensimismarse en las meditaciones peripatéticas de la pubertad. Apartó los ojos de aquel lugar, miró sus manos y pensó de pronto: Uno se pasa la vida esperando una hecatombe nuclear que no llega, alimentando y ocultando miedo y, entretanto,
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ENSIMISMAR - Concentrarse en los propios pensamientos