. Después de todo el cristianismo, a la inversa del budismo, es la religión de un dios encarnado. El dogma de la resurrección de los cuerpos es contemporáneo del cristianismo primitivo; bastante más tarde, en la Edad Media, apareció el culto a la Virgen. Ambas creencias son las dos expresiones más altas de esta voluntad de encarnación del espiritualismo cristiano. Las dos fueron transportadas a Mesoamérica con la cultura española y se fundieron inmediatamente, el primero con los cultos fúnebres de