Hasta el sábado --le dijo. Santiago Nasar no le contestó, sino que se dirigió en árabe a Yamil Shaium y éste le replicó también en árabe, torciendose de risa. "Era un juego de palabras con que nos divertíamos siempre", me dijo Yamil Shaium. Sin detenerse, Santiago Nasar les hizo a ambos su señal de adiós con la mano y dobló la esquina de la plaza. Fue la última vez que lo vieron. Cristo Bedoya tuvo tiempo