| Texto contextualizado: |
Por un decreto del 26 de octubre de 1956, seguido de unas normas prácticas que dio la Nunciatura a todas sus diócesis, se intentaba hacer posible el matrimonio civil, incluso a los bautizados en la Iglesia Católica que hayan apostatado o rehúsen estar sujetos a las normas matrimoniales católicas, siempre que lo hagan con plena deliberación y conciencia y previamente advertidos... de la transcendencia de su decisión. Como católicos conscientes de que la fe no puede imponerse coactivamente, celebremos esta nueva regulación |
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