si...», prescribía, entre otras, las siguientes actitudes para salir vencedora en aquella encuesta: Si, cuando haces un viaje, eres incapaz de acordarte del nombre de ninguna ciudad ni de describir un paisaje, pero te acuerdas perfectamente del color de los ojos y de la sonrisa de todo ser del sexo contrario menor de treinta años... Si encuentras que todo el mundo es bueno, que los malos terminan perdiendo, que todo tiene remedio, que no hay más