o menos a regañadientes, alguna habitación amplia de la casa. Con la colaboración indispensable del «picú», la aportación de diferentes discos y la elaboración de algunos aperitivos y un «cup» de frutas con poco alcohol, se celebraban estas fiestas de juventud, presididas por la incomodidad y por cierta euforia postiza. Eran los guateques, según la descripción de una revista femenina ... esas fiestecitas caseras tan agradables para las muchachas y tan desagradables para el papá que se tiene que