de proletarios de dudosa ideología, cuyos modales y lenguaje eran más descarados, y a muchas de ellas las esperaban a la salida de clase chicos de su barrio con los que se iban tranquilamente de paseo. Antes de seguir adelante, conviene hacer un paréntesis --aún a riesgo de que sea largo-- para señalar que nos estamos refiriendo a capas de la sociedad más o menos privilegiadas y donde tenía algún sentido hablar de estudios o de sumisión a las leyes dictadas por el Nuevo