te tomes ciertas represalias, pero sin exagerar, porque te pondrás amarillita, ojerosa y fea, tonta. A veces, cuando el dilema que ha dado origen a la consulta requiere una toma de postura, la consejera sentimental duda entre envalentonar o frenar a su penitente, pero la balanza tiende a inclina hacia el platillo conformista, especialmente si se trata de una decisión mediante la cual la mujer pretende tomar una iniciativ amorosa de cualquier tipo. Las más peligrosas se consideraban aquellas en