y que desde la primera infancia estaba presente en la mayoría de sus entretenimientos y ensoñaciones de futuro. De esta manera las niñas, en espera pasiva de que algún día la manipulación de la especie llegara a estar en sus manos, ensayaban sus vagos anhelos de maternidad entregandose al paraíso ficticio de coserle vestidos a una muñeca de trapo o de cartón, que se plegaba inerte a sus caprichos y nunca rechistaba. La acunaban, le hacían comiditas y la reñían porque había
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ENSAYAR - Realizar una actividad a modo de prueba para preparala y aprenderla.