le y Francisco, del mismo modo que los confesores ordenaban el más celoso silencio sobre los problemas conyugales de sus penitentes femeninas. Había que guardar las apariencias para no dar al traste con la estabilidad de las instituciones intocables. Si el marido engañaba a la mujer, con tal de que lo hiciera sin demasiado escándalo y de tapadillo, lo mejor era hacer como si nada, que no se enterara nadie, para que los hijos pudieran seguir viendo a sus padres aliados en lo
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ENGAÑAR - Hacer creer [a alguien] algo que no es verdad