llevar un destello de su propia alegría a trescientos viejecitos de un asilo de ancianos, a quienes sirvió la comida cuando aún en sus oídos resonaban... las frases de felicitación y la música. En una palabra, el lujo había que disimularlo, hacérselo perdonar. Y estos equilibrios dejaban su rastro en la moda, refrenaban el vuelo exótico de su fantasía. La alta costura española, aunque minoritaria, alcanzó bastante auge a partir de 1941. Coincidiendo con la ocupación