Levantó bruscamente el pie del acelerador. Fue un gesto impremeditado, un reflejo de protección tardío. Desde entonces la imagen de aquellos momentos reincidió periódicamente en sus pensamientos y en su vida pero en esos momentos, a medida que el automóvil deceleraba, sólo se le ocurrió pensar qué habría sucedido, cómo habría sido el mundo después del choque, su propia gente después de muerto. Se vio mirando hechos y gente, amigos y desconocidos; y le pareció extraordinario el poder de la