ya del amor ni aún probaba la muerte? El recuerdo nunca extinguido de Francesca, la lluvia constante de la noche anterior, el terrible golpe de la gravedad y huida de Peter, ¿no eran motivos suficientemente fuertes para que él reaccionara, para que aquel amor naciente que él sentía hacia Betina creciera y fructificara en la capital, libremente, sin coacciones, sin seres agónicos y turbulentos a su alrededor? Se dio cuenta de que ahora se estaba sumergiendo en un abismo mucho