lo a los responsables culturales por otros tantos superagentes, han barrido a fuerza de royaltis y derechos de explotación secundarios los últimos reparos y dudas del Gobierno. Las inversiones necesarias al lanzamiento y gastos publicitarios ascienden a varios millones de dólares y se rumorea que el negocio interesa asimismo a los ejecutivos de una poderosa multinacional. La baza que se ventila es mayúscula: la región a la que perteneció el ilustre Soldado saldrá beneficiada no sólo en términos de honor y gloria, sino también de