te tarde a las cuatro en punto. Mis padres van a salir de compras y les diré que me quedo a hacer mis deberes como una niña buena. Como exijo desde ahora una obediencia incondicional a mis caprichos, no toleraré que te retrases ni siquiera un segundo. Se despide sacandote la lengua, por vicioso y por guarro, tu enojadísima Aggie Cuando el viejo y malencarado camarero calvo me sirve el Vichy menta, los aleteos en el interior de mi pecho resuenan como