a lujos impropios, llegado el momento no aceptará las condiciones del matrimonio. La incoherencia más evidente de estas amonestaciones dirigidas a la mujer es su pretensión de validez general. «O cortos de vista o largos de mala fe»,20 olvidaban aquellos preceptores de la conducta femenina que, de acuerdo con sus propias estadísticas, para cientos de miles de españolas, tanto si querían vivir su vida como si no, aquel momento del matrimonio, al cual parecía estar referido todo, no