que también esperaba con interés aquella información, se sintió desilusionado. Había descansado mucho a lo largo de las últimas semanas, volvía a la normalidad, y se despertaban en él los deseos de seguir su viaje hacia Oriente, hacia donde nacía la luz del sol, la luz de un conocimiento ardiente que le urgía a su vida. La brusca llegada del otoño y el saber que la ruta más directa para acceder a Grecia no era fácil, le sumergieron de nuevo en el