« ¡ Qué salero tenía el dichoso Toniolo! Bravo y de buena planta; parecía que se iba a comer el mundo. Las mujeres lo devoraban con los ojos, así es que, claro, a los dieciocho años, más o menos, la marquesa se lo llevó para una finca suya, ella decía que a trabajar. ¡ Ya, ya, buenas labores debía de hacerle a ella!... ¡Me dio entonces una envidia! Y, mira por donde
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COMER.4 - (Comer(se) el mundo Locución) Dar muestras o hacer alarde de grandes ímpetus