caerían. Pero Agus insistía, dónde los había encontrado, y terminó quitandoselos para que pudiera contestarle. Miguel se revolvió con agilidad y al instante se los arrancó de las manos. «¡Son míos!», exclamó con arrogancia. No cesaron, sin embargo, las preguntas de Agus, intrigado por el modo misterioso y regular en que, según le había contado su primo, crecía el contenido del cofrecillo.
TER:045.02
EXCLAMAR - Decir o hablar con intensidad y vehemencia