años asistimos a una gradual disminución del poderío militar y político de los Estados Unidos. La república imperial, según nos avisan muchos signos, alcanzó ya su mediodía y probablemente ha iniciado su descenso. Es un proceso lento y que puede durar un siglo, como el de España, o cuatro o cinco, como el de Roma. Sólo que, a diferencia de lo que ha ocurrido en el pasado, no se ve todavía en el horizonte histórico apuntar un nuevo astro.