crecido la barba, que ya le llegaba hasta la cintura. Miguel introdujo la mano en ella para que los pelos se le anudaran a la muñeca como serpientes finísimas y palpó su pecho de hierro brillante. El abuelo se echó a reír con risa salvaje y sus cejas se arquearon porque eran la sombra de una gaviota que volaba en torno a la lámpara. Cuando la abuela entró con el desayuno, Miguel se quejó del calor que sentía, dijo que se aburría mucho.
TER:039.07
REÍR.1 - Manifestar alegría mediante determinados movimiento y ruidos realizados con la boca