muy graciosas y el abuelo reía aquella tarde con auténticas ganas. A veces las carcajadas eran tan intensas que apenas se le entendía cuando decía muy bueno este chiste o, ja, ja, qué historia tan graciosa. Los demás no reían tanto, pero algo parecido a la alegría les bailaba en los ojos cuando se miraban. Todos disfrutaron mucho aquella tarde y el abuelo tuvo que recitar de nuevo las palabras de Federico. A Miguel le llamó la atención que el profesor universitario
TER:041.13
REÍR.1 - Manifestar alegría mediante determinados movimiento y ruidos realizados con la boca